viernes, 25 de noviembre de 2011

La Belleza del Instante


Benditos colores del otoño... En uno de los traslados a los que me lleva el trabajo del día de hoy, contemplo la ciudad que atravesamos casi por completo, y observo las múltiples y diversas ciudades que se pueden encontrar dentro de esta ciudad, casi una mini-ciudad en cada esquina, que se ocultan esquivas hasta que unos amantes ojos las descubren.

En un rincón de El Retiro en el que mi retina se detiene un instante durante el recorrido, emerge repentinamente ante mis ojos mi amado otoño en todo su esplendor... belleza de ocres brillantes por la humedad matinal, verdes refrescantes, y rojos apasionados, pletóricos de vida, que bailan en imperceptible danza...

Atrapada ya irremisiblemente por la magia y la belleza del otoño, cambia mi perspectiva, y ya sólo puedo ver la hermosura de cada rincón, de cada árbol urbano de esta ciudad que recorro impelida por el reloj, hermoso aparato que hemos conseguido transformar de inocente objeto de uso cotidiano, en tirano cruel que nos acosa en cada giro de su eterna danza circular.

Al contemplar a uno de estos bellos ejemplares de árboles urbanos, inmensamente bello, rebosante de un ocre radiante, que parece un baño de oro oportuno que eclipsa por completo el gris de su jaula de hormigón y asfalto, alcanzo a comprender que la belleza de esa planta es absolutamente nueva e irrepetible... en ningún otro momento tuvo exactamente el aspecto que estoy disfrutando en este instante fugaz, y nunca más volverá a estar tal cual... Y en ese momento, me doy cuenta de la belleza irrepetible y única de todos y cada uno de los instantes que componen mi vida... y las vuestras... ¡¡¡CARPE DIEM!!!

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cicatrices



Rastros de antiguas batallas
¿quizás perdidas?
¿tal vez ganadas?
¿acaso importa?

Ecos de viejas nostalgias,
arañazos en el alma.
Algunas que casi olvidas
y guardas en una caja,
pasan un tiempo dormidas
y a destiempo se levantan,
como lágrimas furtivas
y con la sabor amarga.
Aunque no quieras las miras,
y es preciso ventilarlas,
y con la esperanza viva
intentar por fin sanarlas.

... ecos de viejas nostalgias,
arañazos en el alma.